El bicentenario de la República coincide con los 60 años de la creación de la CNEA. Tiempo de balances y festejos. Esto nos ha motivado a hacer un balance con espíritu crítico que sirva de marco para orientar el camino que deberá recorrerse en el futuro próximo.
Una mirada sobre el desarrollo nuclear en la Argentina en estos sesenta años puede presentarse exponiendo los logros y falencias del país en esos rubros:
En el área de los reactores de potencia
- Se construyeron, con tecnología alemana y canadiense, y se operaron dos centrales nucleares y se está concluyendo la tercera. No se ha desarrollado tecnología propia ni capacidad técnica para construir centrales nucleares de potencia. El único proyecto en ese sentido, el proyecto CAREM, luego de más de 10 años de "congelamiento", ha sido puesto nuevamente en marcha.
En el área de reactores de investigación y producción de radioisótopos
- Se ha desarrollado tecnología y capacidad para construir centrales y reactores de investigación y producción de radioisótopos. Un ejemplo claro es la construcción e instalación del reactor RP 10 en el Perú.
Se han alcanzado importantes logros en el conocimiento, manejo y producción de radioisótopos para uso medicinal e industrial.
- Se ha perdido el criterio de producción de radiofármacos para hospitales en forma gratuita cediendo la comercialización a empresas privadas que aprovecharon desarrollos de la CNEA.
En el área del ciclo de combustible
-No se ha logrado cerrar el conocimiento y tecnología de todo el ciclo de combustible.
Se domina la tecnología de producción de uranio no enriquecido. Se domina la tecnología de fabricación de elementos combustibles de potencia y de reactores de investigación y producción de radioisótopos.
No se está en condiciones de enriquecer uranio.
No se está en condiciones de reprocesar elementos combustibles usados.
No se han desarrollado repositorios nucleares definitivos.
- Se ha abandonado la extracción de Uranio y tambien la restitución ambiental de las minas explotadas.
En el área de investigación y docencia
- Se ha mantenido y desarrollado la capacidad de formar ingenieros y físicos nucleares, ingenieros en materiales y otras disciplinas.
- Se ha mantenido la capacidad de investigación y desarrollo en el área nuclear.
En la situación de los trabajadores
- No ha existido una política clara y permanente de incorporación de los recursos formados.
- Ha existido una falta de valoración y promoción del personal de planta permanente, generando un retraso salarial general en comparación con distintas áreas del sector nuclear.
- Muchos de los actuales trabajadores, principalmente los jóvenes, se encuentran en situaciones precarias de empleo (becas/contratos/monotributos).
Esta rápida descripcion de logros y falencias, nos muestra que si bien Argentina es considerado un pais con capacidad y tecnología nuclear, en el largo período de 60 años, son muchos los aspectos tecnológicos que se han desarrollado, pero otros que son fundamentales para que un país tenga dominio e independencia tecnológica en el área nuclear, no se dominan aun porque no se encararon con firmeza. Esa falencia debe atribuirse fundamentalmente a la morosidad y falta de decisión política de los sucesivos gobiernos para defender e impulsar el desarrollo tecnológico autónomo en materia de producción de energía nuclear y sus aplicaciones que fueron las premisas del gobierno argentino al momento de creación de la CNEA.
Al construir y poner a crítico el RA-1, el primer reactor de América Latina, Argentina dio un paso importantísimo en su desarrollo nuclear. Se formaron operadores que luego sirvieron de base para poder operar la Central Nuclear Atucha 1, a pesar que esta última surgió de un acuerdo de la dictadura de Onganía con Alemania en una compra llave en mano. CNEA supo hacer el estudio de factibilidad, el del emplazamiento, el llamado a licitación con el concepto "apertura del paquete tecnológico" lo que significó una participación nacional del 40% que se amplio al 50% en la Central de Embalse, la calificación de proveedores nacionales y la fabricación de repuestos que aún hoy se mantienen en la CNEA. Los trabajadores supimos operar una Central nuclear de potencia única en el mundo (CNA 1), intervinimos eficientemente en casos críticos sobre el reactor al reparar los internos sin sacar la tapa del recipiente a presión (los alemanes diseñadores de la central no supieron como responder a este desafío) y supimos hacer innovaciones como el cambio del núcleo de uranio natural a uranio levemente enriquecido (ULE) lo cual mejoró su rendimiento económico e impidió que quedara afuera del mercado eléctrico mayorista (MEM) cuando en los años 90 se quería cerrar la central bajo un falso argumento de rentabilidad.
Otro momento culminante en el desarrollo nuclear del país fue el vivido tras la finalización de la CN Embalse cuando la CNEA, en ese momento entidad integradora de la actividad nuclear argentina completó su tarea como contratista principal de la obra y disponía de un amplio equipo de profesionales y técnicos que hicieron su experiencia en la construcción de la central. La Dirección de Centrales Nucleares fue vaciada de contenido y de gente en los años posteriores, perdiéndose la experiencia tecnológica que todo ese personal y la CNEA en conjunto habían ganado. Sucesivas autoridades de la CNEA avalaron, por acción u omisión, estas políticas nacionales de desinversión y degradación de la actividad nuclear argentina.
Pero el modelo de institución pensada en la perspectiva de hacer investigación científica básica y aplicada para poder encarar los desafíos tecnológicos del desarrollo nuclear, fue golpeado por primera vez cuando de la mano de Galtieri, y bajo la dictadura mas sangrienta de la historia argentina, se decide ceder gratuitamente la tecnología desarrollada por los trabajadores de la CNEA en la provisión de elementos combustibles a las Centrales nucleares a las primeras SA del sector nuclear: CONUARSA Y FAESA pertenecientes al grupo Perez Companc. Muchos de los trabajadores que enfrentaron esta política de entrega de la dictadura componen hoy el centenar de detenidos-desaparecidos de la CNEA.
El desmembramiento de la unidad investigación-desarrollo-producción iniciado por la dictadura se profundizó por el gobierno de Alfonsín y fue llevado al extremo con un plan privatizador bien definido por el gobierno neoliberal de Menem. Ese plan se plasmó con el decreto No 1540/94, la ley No 24.804 del 2/4/97 y su decreto reglamentario, el No 1390/98 que establecieron el desmembramiento de CNEA, la formación de la NA SA y la ARN. A partir de entonces se dejó languidecer a CNEA y se intentó privatizar las Centrales Nucleares y todas las actividades que pudieran conformar un negocio para el sector privado. Asi se privatizó la comercialización de radioisótopos producidos por CNEA en el reactor de Ezeiza (RA-3) y de cobalto 60 producido en la Central de Embalse. No menos importante fue el acoso al personal de CNEA para que abandonase la actividad, tanto con el nivel salarial paupérrimo, como a través de la presión de la ley de Prescindibilidad. Sucesivos retiros voluntarios desmantelaron y/o debilitaron innumerables grupos que habían alcanzado niveles importantes en el conocimiento y manejo de la tecnología nuclear en CNEA considerando que "La actividad nuclear de índole productiva y de investigación, desarrollo y servicio que pueda ser organizada comercialmente será desarrollada tanto por el Estado Nacional, provincial o municipal como por el sector privado". (art 1 dec. 1390/98)
Desde el gobierno de Nestor Kirchner y Cristina Fernandez se impulsó, mediante el decreto 1085/06, finalizar la CN Atucha II, extender la vida útil de la CN Embalse por 20 años, construir una cuarta Central, reflotar el proyecto CAREM y poner en funcionamiento el "mock up" de la planta de enriquecimiento de uranio en Pilcaniyeu. Sin embargo no se modificó el esquema neoliberal de promover negocios para la industria privada reduciendo la actividad de la CNEA a tareas periféricas, con el sistema de gestión altamente burocratizado. Uno de los numerosos ejemplos que avalan estas afirmaciones es el proyecto CAREM que desde la CNEA se lleva adelante con un criterio de eficientismo que es, muchas veces, incompatible con el desarrollo de capacidades tecnológicas propias cuya capitalización será necesariamente a futuro.
Otro ejemplo fundamental de la pérdida de la soberanía nacional es el de la propiedad de las reservas uraníferas del pais. Ningún cambio a la nefasta ley de la era menemista de privatización del subsuelo, que se diseñó para la comercialización del petroleo y el gas y se extendió a todas las explotaciones mineras, ha sido impulsado por los gobiernos posteriores para reparar la entrega. No podemos seguir bajo una reglamentación que ha dejado de considerar al Uranio como mineral estratégico en un tiempo en que se vuelve más importante para todo el mundo y en el que la minería se hace particular negocio, relegándonos al papel de entregar nuestras reservas para volver a comprarlas elaboradas.
Con la continuidad de esta politica, CNEA se convertirá en una mera entidad de investigación básica en distintas áreas (nucleares y no nucleares), dedicada a la docencia y a algunos aportes técnicos de importancia menor o peor aún, a ser un vehículo para los negocios de grandes empresas nacionales y extranjeras que cargan los costos al estado
nacional y se llevan los beneficios de la inversión que hemos realizado todos los argentinos
nacional y se llevan los beneficios de la inversión que hemos realizado todos los argentinos
El tema de la cuarta central, que es también de fundamental importancia para el futuro desarrollo nuclear argentino, se está encarando en forma errática de acuerdo a las "posibilidades del mercado". Pensamos que se debe dar un profundo debate que parta de la finalidad de la producción energética, que contemple el uso racional de los bienes naturales, el impacto de demandas energéticas del sector productivo en el crecimiento y desarrollo del pueblo argentino y factores ambientales como el cambio climático. De este debate surgiría la política energética de cara al nuevo centenario de la Argentina. En ella estará, sin dudas, la energía nuclear y la proyección de centrales necesarias a mediano y largo plazo.
En particular, se lograrían definir las características de la cuarta central y el rol del estado en su compra y/o construcción para evitar que se transforme en una nueva compra "llave en mano". La decisión de pasar de centrales con uranio natural/agua pesada a otras con uranio enriquecido/agua liviana puede llevar a una profundización de la dependencia tecnológica si no se encara con un claro y firme proyecto de impulsar las tecnologías de enriquecimiento y en general de dominio del ciclo de combustible para avanzar en un proyecto autónomo de desarrollo que sólo el Estado puede garantizar. El ciclo de combustible de uranio natural -agua pesada como moderador y refrigerante permite lograr tanto independencia en el combustible del reactor, asegurando el aprovechamiento óptimo de las reservas uraniferas, como la produccion de agua pesada en la planta de PIAP-ENSI SE en Arroyito, Neuquén.
Se impone abrir un amplio debate nacional sobre las características del plan nuclear actual y futuro y sobre cómo llevarlo a cabo. En ese debate sugerimos impulsar que:
- la actividad nuclear sea llevada adelante por el Estado argentino con un claro proyecto de impulsar y fomentar el desarrollo tecnológico nuclear independiente.
- que la CNEA encabece y dirija ese plan nuclear argentino fruto del debate profundo antes exigido. Para eso, la CNEA deberá modificarse y democratizarse incluyendo la participación de los trabajadores en el contralor de todas las actividades para garantizar la transparencia de los actos y el firme apego a la política nuclear surgida del debate
anterior.
anterior.
- Impulsar una Ley Nuclear que contenga los resultados del debate y asuma que no es lo mismo un plan de auténtico desarrollo que uno de simple instalación de centrales nucleares.
Sólo a algunos intereses les conviene convertir una Institución que desarrolla y elabora tecnología al servicio de las necesidades del pueblo, en una Argentina Sociedad Anónima.


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