¡Ni una menos!

¡Vivas nos queremos!

Este 3 de junio nos encuentra nuevamente frente a cifras de mujeres asesinadas por sus parejas o ex-parejas (286 femicidios registrados en 2015 y 66 más en los primeros cien días de este año).

Estos femicidios tienen en común una visión de como se establecen las relaciones entre un varón y una mujer: La violencia de género.
Ésta se define por las relaciones desiguales de poder que subordinan a las mujeres, y las relaciones patriarcales que hacen de las mujeres (y los hijos e hijas) propiedad de los varones y responsables del cuidado y los trabajos domésticos. Cuando una mujer se rebela a ese lugar, la respuesta es la desaprobación, la amenaza, la violencia y la muerte.
Un varón puede sufrir violencia, incluso ser asesinado, pero nuestra cultura no legitima, no naturaliza estas relaciones desiguales de poder. Es violencia, y la repudiamos, pero no es violencia de género.

No hace falta ser hombre para convalidar esta estructura, esta visión. Ni hace falta ser mujer para discutirla, para pelear por revertir esta injusticia.

Los femicidios son la cara más cruda de la realidad que las mujeres enfrentan día a día. No se trata de un conflicto privado entre dos personas, ni tampoco de un crimen pasional. Aunque ocurra en el seno de una pareja (o ex-pareja), está basado en una desigualdad sistemática en la que el Estado tiene responsabilidades.
Por eso le reclamamos al Estado su intervención, no sólo para penalizar al femicida, sino fundamentalmente para evitar los femicidios, las violaciones, las golpizas, los acosos.
Porque conocemos casos en donde el funcionario/a y/o institución correspondiente inclumplen por omisión las obligaciones a las que se han comprometido, o directamente justifican al agresor, revictimizando a la víctima.

Un año después del grito ¡Ni Una Menos!, en un año en donde muchas mujeres han sido despedidas, aún embarazadas; en donde la inflación y los tarifazos castigan la economía familiar, recargando las espaldas de mujeres cuidadoras de menores y mayores; donde al sufrir un aborto espontáneo son prejuzgadas, encarceladas y hasta acusadas de homicidio

Ni muertas
Ni despedidas
Ni encarceladas

¡Ni una menos!
¡Vivas nos queremos!

Viernes 3/6, 17hs en Plaza Congreso

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